jueves, 17 de octubre de 2013

LOS DIAS - Por: Benjamin Parra



Un monarca de la antigüedad pregunta a un refugiado del norte recién llegado a su palacio: “¿Cuántos son los días de los años de tu vida?” 


El anciano, padre de muchos hijos e hijas, le responde: “Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida”. Acostumbrados a medir la vida en fragmentos matemáticos, esta respuesta nos parece extraña e intrigante, además del hecho que este lenguaje resulta demasiado oscuro para la mentalidad de 180 caracteres.

Técnicamente, los días son segmentos de veinticuatro horas. 

Existencialmente, son porciones de vida que duran mucho más o mucho menos, según sea la naturaleza de las cosas que estamos viviendo. 
Algunos días son espacios por donde transita una agitación, un ansia, un anhelo, un sueño hecho realidad. 
En esos días, todo nos parece demasiado breve; no queremos que oscurezca porque la noche sugiere la mañana del otro día, cuando hemos de volver a nuestras ocupaciones y rutinas.

Hay tiempos en que los días se alargan hasta el desespero. Están llenos de rituales y procedimientos repetidos hasta la saciedad. Días en que nada estremece la planicie del tedio: ni un rayo, ni una llovizna, ni la más leve brisa. Días en que incluso bordeamos las fronteras del odio sin atrevernos a cruzarla, porque ya no nos hace bien la mascarada, ya estamos hartos de las caretas y tenemos miedo de que llegue un momento en que ni el respeto nos alcance para seguir adelante.

Hay días de excelentes noticias. Las cosas resultan según nuestros planes. Ocurre esa cita, aquella reunión, el acuerdo largamente esperado, un viaje, la visita de alguien. Se nos ocurren mil cosas, salimos a comprar, hacemos ejercicio, comemos sano y escuchamos canciones alegres. Presentamos un proyecto y lo aprueban. Recibimos la respuesta a un mensaje que escribimos hace muchos días.

Hay días que no deberían estar en el almanaque. Abrimos los ojos y lo único que queremos es volver a dormir hasta que sea un día decente y no éste que nos presenta su peor cara. Nos miramos al espejo y recibimos un resumen feroz de cómo han pasado los años. Nadie nos responde ni nos llama. Hace frío. El jefe nos increpa duramente por ese reporte que todavía no llega a su escritorio. Se rompe el auto o el colectivo demora una eternidad. Estamos solos. Alguien por ahí nos ve y nos dice para animarnos: “No desesperes. Mañana será otro día…”

1 comentario:

  1. Hola! tenes muchos articulos de Benjamin Parra? .. porque de verdad amo como escribe, y desde que renovaron la pagina de cvclavoz me cuesta mucho encontrar cosas de el.. siempre vuelvo a sus articulos buscando frases y cosas que me indentifiquen... si tenes muchas cosas de el! sos una genio! gracias por compartir tan excelentes articulos!

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