Ser joven es una tendencia que se puso de moda hace muchísimos años atrás y no se ha ido. Llegó para quedarse.
Los hombres y las mujeres se compran una gran cantidad de cremas, que tienen un orden específico, para usar por la mañana y por la noche. Todos los días, desde una muy corta edad dedicamos tiempo para mantener la juventud o por lo menos parecerlo.
Pero hay algo que no tenemos en cuenta. Que es nuestra alimentación.
¿Sabías que tu alimentación, afecta directamente en eso?
Especialistas advirtieron que los hábitos alimenticios son
un factor clave en los daños al ADN.
Cómo evitar los radicales
libres. Una de las teorías que pretende explicar el proceso de
envejecimiento es la teoría de los radicales libres.
Por ejemplo, los daños al ADN se aceleran por estresores oxidativos tales como un alto contenido de grasa en la dieta, aditivos artificiales, metales pesados, alimentos a los cuales presentamos intolerancias, etc.
Por el contrario, nutrientes antioxidantes y fotoquímicos
mejoran la reparación del ADN y reducen los daños oxidativos del mismo.
Podemos adecuar nuestra dieta para prevenir la formación
excesiva de radicales libres aumentando el consumo de alimentos
antioxidantes.
Ellos se encuentran principalmente en verduras,
semillas, frutos secos, vino tinto, arándanos, frutos rojos, las
crucíferas (es importante consumir 3 veces por semana coles, repollo,
brócoli, repollitos de Bruselas).
Estoy lista para poder comenzar una “vida más saludable” empezando por cambiar mi alimentación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario