martes, 1 de octubre de 2013

EL TIEMPO ES ORO



Si cada día se desarrollan hábitos y actitudes que están en armonía con los principios de Dios, no existirán límites para llegar a la plenitud de vida que sueñas. Todo sucede por una razón, nada ocurre por accidente, toda causa tiene un efecto correspondiente. Es preciso elegir desde un principio las metas y con base en ellas se determinan las conductas que conllevan al triunfo, para dejar de ser una persona promedio y cultivarlas a diario.

Un nuevo amanecer, un nuevo minuto de vida es la oportunidad para sembrar una buena semilla, regar la tierra y cuidar la siembra. Esta es una actividad que se debe hacer con mucho cuidado porque hay que remover cualquier maleza que pueda matar el cultivo. Hay que tener en cuenta que en el transcurrir de los segundos, minutos y horas es posible aprender.

Aprender no es crear o inventar, es entender y apreciar algo que siempre ha estado presente, pero qué la ignorancia impide ver. Con el tiempo, es posible familiarizarse con el entorno y apropiarse de la naturaleza, convirtiéndose en una aliada que contribuye al cumplimiento de las metas diarias.

Es indispensable identificar lo más temprano posible a dónde se quiere llegar, para que toda acción se encamine hacia el objetivo que se pretende. El pensamiento y el deseo deben guiar la forma de actuar de cada uno. Si se tiene una dirección establecida es imposible perderse, tarde o temprano se llega a la meta, pero para que esto suceda, es indispensable tener claro lo que se quiere hacer, de lo contrario, será como caminar en un laberinto sin salida.

Cuando el brillo del sol envuelve a la naturaleza, nace una nueva oportunidad de conquistar el mundo, todo depende de la forma en que se canalicen las fuerzas. 


La tenacidad y la persistencia son dos piezas que siempre deben acompañar a un triunfador. Si llegaran a faltar, todos los sueños serían sólo ilusiones que alimentaron la mente de un ser humano algún día de su vida. Pero si están ahí, a diario, en poco tiempo formarán parte de una realidad que se derivó de la imaginación. 

Un día comprende 24 horas que equivalen a 1440 minutos, en este lapso de tiempo se encuentran infinidad de oportunidades, las cuales hay que aprovechar para hacer de este período el más productivo de la existencia, recuerda que tu tiempo es el recurso más importante que tienes en vida, y si lo canalizas correctamente entendiendo que somos cuerpo, alma y espíritu y que si lo aprendes administrar sabiamente obtendrás el mayor beneficio y ganancia del mismo. 

Por lo tanto toma tiempo y “Buscad primero en vuestro interior vuestra esencia divina y desde vuestra divinidad (Cristo), todo lo demás os llegará fácilmente” Mateo 6:33

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