Siempre me he preguntado, porque la noche es la ocasión preferida para hacer actividades que no deseamos sean conocidas por otros. Claro, sería ignorante de mi parte si olvido lo que dice una relevante verdad: “Todo lo que se hace en secreto pronto será conocido”. Incluso algunos se han dedicado a estudiar este principio y enseñarlo a otros para que eviten la fatiga y la vergüenza de que su hechos queden al conocimiento de otros.
No hay nada que se haga debajo del sol que no salga a la luz en el momento preciso. Sea lo que sea, y por más que se esmeren los protagonistas en ocultarlo, se hará público cuando menos se lo esperen. Es que Dios es Omnisciente, Omnipresente y Justo. ”El exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía ” (Salmo 37:6). Para Dios absolutamente nada pasa desapercibido. Tanto lo bueno que tu haces, sin publicarlo, como lo malo que hacen otros, ocultándose en escondidizos, Él lo ve todo.
Hay unos ojos que no se adormecen, ni duermen; donde quiera que se escondan Dios siempre lo sabe. En lo mas distante de la tierra, en lo profundo del mar, en lo mas alto del espacio. Alguien está mirando, y no para entretenerse y dejar pasar, sino para hacer lo propio en el momento adecuado. Puedo engañar a los hombres; puedo esconderme en la cueva mas profunda, pero donde quiera que me metas, allí me alcanzara la justicia del Soberano y Todopoderoso Dios. Tarde o temprano, a la larga o a la corta, TODO, TODO, TODO, siempre se sabrá.
“No te engañes, Dios no puede ser burlado; pues todo lo que el hombre siembra, eso también segara” (Gálatas 6:7). ”!Hay de los que se esconden de Jehová, encubriendo el consejo y sus obras están en tinieblas y dicen: ¿Quien nos ve y quien nos conoce? (Isaías 29:15). ”Nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse. Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado en los aposentos, se proclamara en las azoteas. (Lucas 12:2-3)
Fue una noche el gran testigo de la traición de Judas, cuando con un beso entregó a Jesús ante las autoridades judías que deseaban arrestarlo para realizar un juicio nocturno e ilegal. Esa acción de Judas demostró que su corazón estaba contaminado por la avaricia y la ambición a pesar de estar cerca del Mesías por tanto tiempo. A pesar de que intentó esconder su nefasta decisión durante la oscura noche, su remordimiento lo llevó a no resistir lo que hizo, pagando con su propia muerte a plena luz del día.
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