El Síndrome de Peter Pan es un término utilizado en sociología para describir a una persona que desea extender indefinidamente su juventud.
En concreto es inmadurez emocional.
Las personas que padecen de este síndrome pueden ser tanto hombres como mujeres que nunca creen apropiado irse de casa o vivir separados de sus padres. Son personas que tienen una vida social típica de un adolescente, amistades o grupos de jóvenes mucho menor que ellos. Se visten como jovencitos, y su actitud se centra en ellos mismos. No se comprometen por creer que el compromiso es un obstáculo para su libertad. Rehusan “crecer” por que piensan que la adultez no tiene beneficios, es aburrida, o asfixiante.
Puede que estas personas tengan independencia económica, e incluso éxito profesional pero en general su vida no tiene raíces, ni firmeza, ni estabilidad. Carecen de planes fijos a largo plazo y a pesar de que se dan cuenta de estas cosas, no toman medidas para solucionar la situación, prefieren vivir indefinidamente en la eterna juventud que han idealizado.
La palabra de Dios nos dice claramente en el libro de Eclesiastés cap. 3 ver. 1 en adelante que todo tiene su tiempo en esta vida. Tiempo de nacer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado. Dios dice que “todo lo hizo hermoso en su tiempo”. No hay una edad mejor que otra, todos los tiempos son hermosos, porque asi lo estableció Dios. No permitamos que la cultura, o los traumas nos impidan distinguir los tiempos y quedarnos desfasados o inhabilitados para descubrir la belleza que Dios le ha dado a cada etapa de nuestra vida.
Si te identificas como una persona que mira el pasado, o la juventud como el mejor tiempo que has vivido te invito a leer la palabra de Dios y entender que El nos lleva de gloria en gloria, que nos motiva a dejar las cosas pasadas en el pasado aunque estas hayan sido buenas y proyectarnos a lo que está delante.
Tu mejor tiempo no es el que pasó, tu mejor tiempo es hoy.
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