jueves, 24 de octubre de 2013

EL RAV - Por: Karen Berg


El jueves pasado se cumplió el día número 30 desde el 12º día del mes lunar de Libra, día en el que mi esposo y nuestro maestro, el Rav Berg, dejó este mundo. Según los kabbalistas, el 30º día después de la muerte de alguien, el alma llega al punto más poderoso de todo su viaje. Estoy segura que desde ahora sentiremos el apoyo del Rav al Centro de Kabbalah para continuar su trabajo espiritual, el cual consiste en despertar el respeto por la dignidad humana en todos y para toda la humanidad.
El Rav fue un ser humano especial en más de un sentido. Era una persona extraordinariamente abierta y amable con quienes lo rodeaban y con quienes se acercaban a él. Dejaba entrar a la gente en su corazón sin importar su procedencia ni sus creencias.

Se necesita mucha fortaleza para crear lo que el Rav creó.

Piensa por un momento, ¿cuántos de nosotros hemos elegido nuestro camino en la vida y lo hemos seguido en un 100% hasta lograr lo que queremos? No muchos. Muchos de nosotros hacemos lo que tenemos que hacer, lo que nos dicen que hagamos y lo que se espera que hagamos. El Rav, por el contrario, hizo lo inesperado. Hizo lo que quería. Él cambió y, al hacerlo, cambió al mundo, haciéndolo un mejor lugar porque él existió. Ahora que él está en un lugar de fortaleza junto a otros grandes kabbalistas como Rav Áshlag, Rav Shimón y el Arí, puede abrir aún más puertas para nosotros.

Hemos oído que, a través de la unión de toda la humanidad, podemos terminar con el caos en el mundo. Pero, ¿cómo logramos que haya unidad en la humanidad? Obviamente, hay más en esta idea de lo que se percibe en un primer momento. Miremos un poco más profundo.

En términos de poder espiritual, Moisés equivalía a todo el pueblo de Israel Esto significa que no se requiere de todos para cambiar el mundo. Sólo hace falta que unos cuantos de nosotros salgamos y lo hagamos, basta con unos cuantos que tengan el valor, fortaleza, conocimiento y amor para crear un lugar que diga: "Sí, sí puedo. Haré lo que sé en mi interior que es lo mejor para mí y para quienes me rodean".

Hay un proverbio que dice: "Cuando naciste tú estabas llorando y los demás sonreían. Vive tu vida de manera que al final, tú seas quien sonría mientras los demás lloran".

Estoy segura de que esto es lo que el Rav nos está diciendo en estos momentos. "Sigan con el trabajo. No se queden sentados, no pueden estar tristes. Es el ciclo de la vida".

El Rav está hoy en toda persona en la que influyó y en cada lugar al que fue. El Rav está hoy con todos nosotros.

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