jueves, 17 de octubre de 2013

EL ESTRES!!!! - Por: Rafael Ángel Pérez Colón



El estrés o tensión es parte inevitable de la vida de todos, no se puede huir de él ni se puede evitar y a menos que aprendamos a manejarlo y enfrentarlo seremos su blanco fácil.

Es una respuesta natural y necesaria; es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.

El estrés es una función de las demandas que tenemos y de nuestra capacidad para satisfacerlas, sin embargo hay que saberlo controlar.  Pude conocer algunos tipos de tensiones que nos destruyen y afectan nuestro diario vivir. 


En ocasiones subestimamos sus nefastos resultados en nuestro organismo.

Hay varios tipos de estrés:

Post traumático: viene después de haber sufrido algún suceso aterrador por sus circunstancias físicas o emocionales, ya sea accidente de tránsito, maltrato físico o desastre natural.

Estrés de trabajo: es el conjunto de reacciones nocivas, tanto físicas como emocionales, que concurren cuando las exigencias del trabajo superan las capacidades, los recursos o las necesidades del trabajador. El estrés de trabajo puede conducir a la enfermedad psíquica y hasta física; no se debe confundir con retos.

Los factores estresantes como también se les llama, son las situaciones desencadenantes del estrés y pueden ser cualquier estímulo, externo o interno (ya sea físico, químico, acústico o somático o sociocultural) que de manera directa o indirecta, propicia desestabilización en el equilibrio dinámico del organismo.

Aquí los más frecuentes:

- Estímulos ambientales dañinos

- Percepciones de amenaza

- Alteración de las funciones fisiológicas (enfermedades, adicciones, etc.)

- Aislamiento y confinamiento

- Bloqueos en nuestros intereses

- Presión grupal

- Frustración

- No conseguir objetivos planeados

- Relaciones sociales o familiares complicadas

- Divorcio

Aunque muchos no lo sepan los niños muy pequeños tienen preocupaciones y sienten estrés en alguna medida, el hecho de separarse de sus padres puede ocasionarles ansiedad. 


A medida que los niños crecen, las presiones académicas y sociales (en especial, la tarea de “encajar”) crean estrés. 
Los padres deben tener en cuenta la manera en que hablan sobre estos problemas cuando sus hijos están cerca, porque los niños reconocerán la ansiedad de los padres y comenzarán a preocuparse. Los niños que ven imágenes perturbadoras por televisión o que escuchan hablar sobre desastres naturales, guerra y terrorismo pueden preocuparse por su propia seguridad y la de las personas que quieren. Hable con sus hijos acerca de lo que ven y escuchan, y controle lo que ven por televisión, de modo de ayudarlos a entender lo que sucede.

También debe tener en cuenta los factores agravantes, como una enfermedad, la muerte de un ser querido o un divorcio, que cuando se suman a las presiones cotidianas que los niños enfrentan, magnifican el estrés. Incluso el divorcio más cordial puede ser una experiencia difícil para los niños, debido a que su sistema básico de seguridad —su familia— atraviesa un cambio complicado. 

Los padres separados o divorciados nunca deben colocar a los hijos en una posición en la que deban elegir un lado, ni exponerlos a comentarios negativos sobre el otro cónyuge.

No siempre es fácil reconocer el estrés en los niños, los cambios a corto plazo en la conducta, como los cambios de humor, el mal comportamiento, el cambio en los patrones del sueño o el hecho de mojar la cama, pueden ser indicaciones. 

Algunos niños experimentan efectos físicos, que incluyen dolor de estómago y dolor de cabeza. Otros tienen problemas para concentrarse o terminar la tarea escolar; otros se abstraen o pasan mucho tiempo solo.

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