miércoles, 15 de enero de 2014

SOLO OBEDECIENDO



En una escuela, la maestra de sexto grado propuso a sus alumnos premiarles si presentaban todas sus tareas. Casi todos estuvieron de acuerdo, a excepción de uno de los niños, a quien no le interesó el premio.


Cada día la maestra revisaba los cuadernos de sus alumnos. Se ponía muy contenta al ver que la mayoría de los niños estaba cumpliendo con lo acordado y otros, se esforzaban mucho para entregarlas a tiempo. En cambio, el niño desinteresado no presentaba sus tareas, pero ella no se cansaba de animarlo para que las terminara.



Casi al final del curso, se reunió con los pequeños para felicitarlos y les dio sus respectivos premios. Carlitos, al ver qué era una rica golosina también quiso recibir la suya, pero la maestra fue tajante con su posición y le entregó una hoja para que él resolviera un cuestionario que le ayudaría a ponerse al mismo nivel de aprendizaje que los demás. Al terminarlo, el también recibió su golosina como el resto de los niños.



¿Quién no quiere recibir una bendición? Pienso que todos queremos recibirla en nuestras vidas, pero ¿qué estamos haciendo para obtenerla?



Deuteronomio 28 titula “Bendiciones de la obediencia”, en éste versículo podemos encontrar todo lo que necesitamos para no tener preocupaciones, pero empieza diciendo: “Si obedeces al Señor tu Dios en todo y cumples cuidadosamente sus mandatos…”



La maestra de Carlitos, cumplió con la promesa que les hizo a quienes la obedecieron y de esa manera pudieron disfrutar su caramelo; así mismo nosotros podemos disfrutar de los beneficios de la obediencia. Solo necesitamos conocer, saber y aprender las instrucciones de Dios.


Presta atención a lo que puedes recibir por obedecerlo:


Tus ciudades y tus campos serán benditos.
Tus hijos y tus cosechas serán benditos.
Las crías de tus rebaños y manadas serán benditas.
Tus canastas de fruta y tus paneras serán benditas.
Vayas donde vayas y en todo lo que hagas, serás bendito.


El Señor vencerá a tus enemigos cuando te ataquen. ¡Saldrán a atacarte de una sola dirección, pero se dispersarán por siete!



Haz la voluntad de Dios, no por obtener una recompensa sino porque eres un hijo obediente que busca agradar a su Padre; las bendiciones solo serán los frutos de tu esfuerzo por hacer lo que Él te manda.

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