viernes, 17 de enero de 2014

UN VIAJE HACIA LA PATERNIDAD - Por; Yesmin Teme



La vida entera la pase enamorada. No de alguien en particular, sino de la vida misma. 


Un día, cercano a mi adolescencia, me enamore de Dios. Un Dios que logre conocer de manera más profunda y personal, que ya no era sólo mi protector y compañía, sino que era mi razón de vivir. 


Él me mostró como los días y años se hacen bellos cuando tienes puesta tu mirada en hacer su voluntad. 


Pero siempre me faltaba algo, ese algo que me hacia soñar despierta con un futuro en el que pudiera dar todo el amor que tenía guardado a alguien que lo correspondiera de la misma manera y que por primer vez no volviera vacío, o rechazado, o lleno de incertidumbre. 


Muchos ya saben que Dios se encargó de que encontrara a ESA persona, en sus términos y a su tiempo. Y nada fue menos de lo que me imaginaba, mi amor fue correspondido y mi amor por fin tenía un “dueño” que me valoraba, hacia reír, me entendía, me cuidaba, me acompañaba y hacia que mi vida sea más mágica y hermosa. 


Pero había algo en los planes de Dios que yo todavía no tenía en vista, y llegó más rápido de lo que me pude imaginar. 


Antes que me diera cuenta, el fruto de ese amor se había materializado. 


Sin estar preparados y con todas las preguntas que nos hacemos cuando se nos da una tarea tan grande, mi esposo y yo emprendimos este maravilloso viaje. 


Que debo decir, es el mejor “viaje” que jamás hemos hecho. 


El viaje hacia la paternidad. 

 
Hoy quiero contarte que Dios nos dio el privilegio más grande que jamás tuvimos, junto con la más hermosa responsabilidad, de ser padres. 


Casi 4 meses de vida tiene este miniatura de ser en mi interior, que va creciendo día a día mostrándonos que los milagros existen y que todo lo que Dios Hace es perfecto y casi irreal. 


Miles de interrogantes hacen que pasemos nuestras noches en vela, y que una sonrisa o una lágrima de emoción se nos escape de vez en cuando con el sólo hecho de pensar en ese bebé que caminará por la casa haciendo sus travesuras. ¡Qué gran desafío! 


Y quizá te preguntes por que te estoy contando todo esto, la razón es que tu eres parte de mi vida, y quiero poder decirte, con este milagro de la vida, una vez más, ¡los milagros existen! 


No hay comentarios:

Publicar un comentario