martes, 14 de enero de 2014

LOS ABUELOS, ESOS AMIGOS ENTRAÑABLES




La familia ya no es lo mismo que hace cincuenta años atrás. Con la incorporación galopante de la mujer en el mercado laboral, los niños deben ser cuidados por terceros mientras los padres pasan todo el día en el trabajo. En algunos casos, los pequeños están en manos de niñeras o de personal de servicio, o son confiados a guarderías, mientras que otros son cuidados por los abuelos.

Generalmente, este último grupo es el más afortunado, ya que si los abuelos son mentalmente sanos y cariñosos, les darán a los nietos una calidez y una dedicación insustituibles. Pero no son sólo los nietos quienes salen ganando en esta relación; los abuelos también reciben una lluvia de beneficios.

Una relación de calidad


Sin duda, la relación que establecen los abuelos con los nietos es muy distinta a la que se da entre padres e hijos. Exploremos a qué se debe esta diferencia:

Más disfrute, menos responsabilidad: Los abuelos tienen el privilegio de poder disfrutar más de los nietos, ya que sobre sus hombros no pesa toda la responsabilidad de criarlos. Por eso, están más enfocados que los padres en divertirse, jugar y consentir a los pequeños. Esto, por supuesto, es una delicia para estos últimos, quienes añorarán compartir esos increíbles momentos con sus adorados abuelos.

Más valores, menos reglas: Una de las razones por las que los abuelos son tan consentidores, es que ellos educan desde la serenidad que da la madurez y la experiencia. Esto hace que no se obsesionen tanto con las reglas como los padres y se ocupen más bien de transmitir valores como el amor incondicional y la camaradería.

La satisfacción de la misión cumplida: Los nietos son para los abuelos la continuación de ellos mismos, su perpetuación en este mundo. Los pequeños les otorgan a sus abuelos la satisfacción de contemplar los frutos del trabajo de toda una vida, lo cual, definitivamente, contribuye a que la relación sea tan especial y única.

 

Simbiosis sin edad

Tal como ocurre en la simbiosis, esa relación que se da en la naturaleza donde dos especies se benefician mutuamente, tanto abuelos como nietos salen ganando al compartir preciosos momentos juntos.

Abuelos simbióticos: Éstos, por su parte, se sienten rejuvenecidos por la espontaneidad y energía de los pequeños. El contacto con sus nietos les da la oportunidad de revivir su niño interno, liberarse de inhibiciones y quitarse un poco el peso de los años de encima, dando rienda suelta a la diversión con un saludable toque de locura.

Otro beneficio que les aportan los nietos a sus abuelitos es que los ayudan a mantenerlos actualizados en aspectos como la tecnología. En los tiempos que corren, esto es particularmente vital, dado el ritmo vertiginoso con que ocurren los cambios hoy en día. Así, los nietos pueden enseñar a los abuelos a aventurarse a usar el ordenador, los videojuegos, el teléfono celular e internet, que de otro modo, probablemente ni siquiera mirarían.

Nietos simbióticos: Con sus fascinantes historias de tiempos pasados y anécdotas acerca de sus padres cuando eran pequeños, los abuelos aportan a sus nietos un tesoro de valor incalculable. Esto es nada menos que un pedazo de historia viva, narrada por sus protagonistas, que les dan raíces y un sentido de identidad a los pequeños. Así, de manera análoga como un árbol crece alto y frondoso cuando tiene raíces profundas, los niños, al comprender mejor de donde vienen, son capaces de proyectarse con mayor fuerza hacia el futuro.

Tener la oportunidad de cultivar una buena relación entre abuelos y nietos es una de las experiencias más hermosas y enriquecedoras que hay, donde mágicamente las barreras de la edad son eliminadas y al final sólo quedan dos entrañables amigos que se divierten y se apoyan mutuamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario