viernes, 3 de enero de 2014

REIR Y VIVIR - Por: Rafael Angel Perez



Mirando las redes sociales encontré una interesante y conflictiva nota que decía: “La felicidad no es un sentimiento, es una decisión”. Esta frase resulta fácil de pronunciar pero difícil de aplicar, ¿cierto? Incluso ha sido una batalla existencial lograr definirla.

Entre la filosofía, el humanismo y la religión se han sostenido intensos debates para proporcionar sus teorías y respuestas a las miles de inquietudes que surgen sobre la idea expresada.

Muchos han desistido en buscarla. Otros viven insatisfechos por no hallarla. Algunos continúan haciendo lo necesario para encontrarla y disfrutarla.

Recientemente el mundo mira con asombro la destrucción bestial provocada por la mega gigante tormenta sobre el país de Filipinas. Caos, sufrimiento, muerte, escasez, inseguridad, temores, enfermedades, y lo menos que sienten es paz y alegría. Hace unas semanas fue México al enfrentar hasta cuatro ciclones de menos intensidad pero de similares consecuencias por causa de los vientos y la lluvia. ¿Quién puede ser tan necio en proponer que nuestros hermanos filipinos y mexicanos deben decidir ser felices en medio de su dolor o pena?

La propuesta de este contenido puede ser asimilada según el espejo con que se mira, ¿o no? Hoy debemos reflexionar y respirar profundo para seguir caminando en la ruta hacia la realización plena de lo que hacemos y lo que seremos. ¿Tenemos la capacidad para lograrlo?

Honestamente, no tengo todas las respuestas, porque yo, aún vivo en medio del proceso igual que tú. Sí puedo decirte, que día a día declaro y afirmo que el favor divino me ayudará a reír y vivir feliz. ¿Lo hago porque lo siento? No. Resulta que tengo que decidir levantarme y creer en Aquel que dejó empeñada su Palabra, al expresar que en la vida llegarían dolores, sufrimientos, decepciones, fracasos, obstáculos, rechazos, calumnias, engaños, persecuciones y mucho más (Romanos 8:34-39).

Puedo decir que la felicidad es vivir plenamente. Es disfrutar lo que tenemos mientras llega lo que debemos recibir según lo que hacemos, aunque a veces recibamos lo contrario. Vivir plenamente y en libertad es más que tener dinero, poder, fama, domino, influencia, o conexiones. Es disfrutar la paz de Dios, que nos libera de la culpa, nos inspira a respetar a quienes nos rodean y nos llena de fuerza para poder extender la mano sin esperar nada a cambio.

¿Te atreves a intentarlo? Llénate de ánimo porque con la ayuda de Diosl, tú y yo podremos reír y vivir.

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