martes, 14 de enero de 2014

ES MOMENTO DE ALZAR NUESTRA VOZ


¿Te sentiste rechazado alguna vez? ¿Has sentido que lo que los demás te decían marco tu vida y lo comenzaste a creer? ¿Sientes que tu valor se modifica por lo que la gente piensa de ti?

Una palabra que nos dio de qué hablar en este pasado 2013, fue “bulling”.

Y aún lo sigue haciendo cuando vemos injusticias que nos tocan. Quizá si le pasara a alguien lejano, que no conocemos o al que no nos interesa conocer, no nos afecta de la manera que lo haría si fuera alguien a quien amamos.

Pero cuando me pongo en el lugar del que sufre, del que es rechazado, del avergonzado, creo que es momento de pelear, de levantar nuestras voces y que todos juntos podamos defender al que no se defiende, y hacerlos sentir amados y aceptados por primera vez.

En estos días me impactó una noticia de una adolescente de 15 años que había recibido una donación para operarse la nariz, por el trauma que le habían generado las burlas ajenas.

De gente que no la conoce, no la entiende, no la escucha y mucho menos la acepta por tener algo que es diferente. En este caso una nariz más “larga”.

He oído muchos jóvenes y adolescentes buscando “me gusta” en sus publicaciones en Facebook, o “Favoritos”en twitter, porque así pueden medir que lo que hicieron/dijeron/publicaron era digno de ser “admirado”. No quiero que me mal entiendas, se que siempre es lindo recibir reconocimiento, y no esta mal, siempre y cuando sepas que tu valor no depende de eso.

Tu valor es mucho mayor a la aceptación que los demás tengan, o a la popularidad que puedas alcanzar.

Te aseguro que Dios te ama y te amo desde el principio. El sabe cuanto valor tienes, y sabe que si por un segundo te pudieras ver como él te ve, también tu te amarías.

La vida a veces es un viaje con idas y vuelvas, esquinas, y pozos, pero no te desanimes.

Quiero que hoy puedas encontrar esa fuerza que te caracteriza, quiero que hoy puedas aceptar que alguna vez te has sentido así, pero que ese no es tu punto de llegada. Tu futuro cambiará cuando entiendas lo que tienes para dar.

Y si estas dispuesto a hacerlo sabiendo que Dios te ama incondicionalmente, y no te amara menos, entonces serás la persona más feliz. Aún cuando recibas palabras hirientes de alguien más, aún cuando haya áreas en tu vida en las que estás seguro que puedes cambiar o mejorar. Entonces, sabrás lo que vales y lo que tienes, y que de la misma manera debes hacer sentir a los demás.
 


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