Hace días atrás mi papá tuvo un accidente automovilístico y tuvimos que llevarlo a emergencias. Cuando llegamos al hospital el médico nos dijo que sólo una persona podría ingresar con él a sus análisis y evaluaciones, los demás debían permanecer en la sala de espera. Lastimosamente no pude ingresar con mi papá y tuve que esperar sentado junto a mi mamá y hermano.
Aunque quería estar al lado de papá y saber cuál era su diagnostico, me era imposible. Durante horas estuve impaciente por querer saber qué pasaba, cómo estaba, cuál era su estado y los resultados de los exámenes. Honestamente, ¡qué desesperante es estar en una sala de espera!, pero me di cuenta de que la sala de espera es un lugar de prueba por el que todos pasamos antes de recibir lo que queremos.
En la vida cristiana cómo duele y cuesta ser pacientes al no ver una respuesta a nuestras oraciones, nos frustramos y, a veces, hasta nos enojamos; sentimos que Dios se ha olvidado de nosotros. Pero, ¿Será verdad que Dios se ha olvidado de nosotros? o ¿Simplemente estamos en la sala de espera?
Abraham esperó 25 años para que la promesa de un hijo con su esposa Sara se cumpliera. ¿Te imaginas esperar 25 años por una promesa que salió de la propia boca de Dios? Aunque no lo creas, Abraham estuvo muchos años en la sala de espera y no es que Dios tardó en cumplir la promesa que le hizo, simplemente la cumplió en el tiempo que Él ya tenía determinado.
Cuando Dios te pone en la sala de espera no es para fastidiarte, no es para desesperarte, ni para arruinarte la vida, cuando decide ponerte en ese lugar es porque antes de cumplir su promesa en tu vida quiere formar tu carácter y tu fe, quiere que comprendas que dependes de Él, quiere que comprendas que por muy buenas capacidades que tengas, todo es en vano si Dios no está detrás de todo.
Puede que hoy te encuentres en la sala de espera, aguardando por un milagro. Lo único que puedo decirte es que no te desesperes, al contrario, se paciente, confía y espera en Él. “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.”
Dios cumplirá su promesa en tu vida en el tiempo que Él ha determinado.
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