jueves, 23 de abril de 2015

EL OBITUARIO DE EMILY


Aquí te comparto el obituario que traduje yo misma de esta mujer Estadounidense que murió de cáncer de páncreas. Sus palabras finales antes de morir me tocaron profundamente.
“Me duele admitirlo, pero aparentemente, he muerto. Todo el mundo me dijo que pasaría algún día pero eso es simplemente algo que no quería escuchar y mucho menos experimentar. Una vez más las cosas no salieron a mi manera! Así ha sido mi historia, toda mi vida.
Y ya que estamos hablando de eso (de mi historia)… El 9 de Febrero de 1946, mis padres y mi hermana mayor celebraron mi nacimiento y fui presentada a todos como Emily DeBrayda Fisher, la hija de Clyde y Mary Fisher de Hazelwood. No puedo creer que ocurrió en la primera mitad del siglo pasado pero hay documentos archivados en la corte que corroboran este hecho. Dos años después otra bebé nació y me convertí en la hermana del medio de las infames chicas Fisher, y el mundo cambió para siempre.
De niña, caminaba a mi escuela primaria donde maestras como la señora McCracken, la señora Davis y la señora Moody plantaron en mi la semilla que me llevó a convertirme eventualmente en maestra. Con mucho orgullo, comencé mi carrera de maestra en la misma escuela primaria en Enero de 1968 y de ahí continue enseñando a niños en estados vecinos como Virginia, Georgia y también Florida en donde me retiré después de 25 años.
Muchas cosas en mi vida parecían tener poca importancia en el momento en que ocurrían, pero luego ganaron mucha más importancia a medida que fui creciendo. Los recuerdo que me llevo ahora son muy preciados y tienen mas valor que todo el oro y la plata en mi estuche de joyas.
¿Por donde comienzo con los recuerdos? Bueno, recuerdo a mi Mamá vistiendo un delantal; recuerdo a mi Papá llamándonos a bailar en grupo; recuerdo a mi hermana mayor empujandome del triciclo en la calle Cinder; recuerdo a mi hermana menor caminando por la casa sonámbula; recuerdo a mi abuela Nonnie, que cosía vestidos exquisitos para mi cuando era pequeña; recuerdo a mi abuela Mamateate torciendo el cuello de una gallina para preparar la cena los domingos.
Recuerdo ser la novia en nuestra dramatización de la boda de Tom Thumb en primer grado y participar en parodias para el Club 4-H en quinto grado. Recuerdo cortar capullos de rosas con el rocío de la mañana y ponermelos para ir a la escuela en las mañanas de primavera, y recuerdo el olor de la grama recién podada. Recuerdo la emoción de marchar con la banda de mi escuela en la calle King de la ciudad de Nueva Orleans para la celebración de Mardi Gras (yo era la líder de las animadoras). Recuerdo haber representado Waynesville en el certamen de Miss Carolina del Norte, y si, giré mi bastón al son de “Dixie”. No pudo haber sido de otra manera.
Me casé con el hombre de mis sueños (alto, moreno y guapo) el 16 de Diciembre de 1967 y de ese día en adelante estuve orgullosa de ser la señora Phillips, la gran diva de las tareas domésticas. Nuestro plan era tener dos hijos, una hembra y un varón. Inexplicablemente, tuvimos éxito haciendo exactamente eso al ser bendecidos con nuestra hija Bonnie y luego con nuestro hijo Scott. Ver a estos dos crecer en lo que estaban supuestos a ser trajo un maravilloso sentido a nuestras vidas.
Este puede ser un buen momento para hacer las paces.
Pido disculpas por vestir a la dulce Bonnie con jeans baratos cuando ella era pequeña y por vestir a Scott con camisetas rojas para ir a pre-escolar. Aparentemente, cada una de esas cosas fueron humillantes para los dos, pero ambos fueron capaces de superar la vergüenza y se convirtieron en dos adultos exitosos. Me gustaría disculparme con Mary Ann por romper sus muñecas de papel y a Betsy por salir con un chico que a ella le gustaba.
Justo cuando pensé que estaba muy vieja para enamorarme de nuevo, me convertí en abuela, y los 5 angeles que tengo como nietos, no solo robaron mi corazón, pero también mi dinero por lo mucho que gasté en ellos.
Sydney, Jacob y Emma han enriquecido mi vida más de lo que palabras pueden expresar. Con Sydney que me decía “una más y ya” cuando pedía galletas; Jacob diciendo que estaba “enfermo como un gato” cuando yo decía que alguien estaba enfermo como un perro; y Emma que se cortó todo su hermoso cabello largo y se afeitó una ceja… Si, estas son algunas de mis cosas favoritas. Son tesoros irremplazables y se irán conmigo dondequiera que me lleve mi camino.
Siempre he dejado que mis mayores tesoros me llamen “Nana”. Pero eso no es exactamente verdad, los más pequeños de mis angelitos, mis nietos William y Charlie me llaman “Nana Banana” (Gracias, Chris y Scott for tener a dos hijos tan enérgicos) (…)
Hablando de títulos, tuve varios en mis días. He sido una hija devota, una adolescente enérgica, una graduada universitaria (summa cum laude), una esposa amorosa, una madre consoladora, una maestra dedicada, una amiga real y leal y una abuela consentidora. Y si no me crees, solo pregúntame. Oh espera, temo que es un poco tarde para las preguntas.
Lo siento.
Entonces… nací; parpadeé; y terminó. No hay edificios con mi nombre, ni monumentos en mi honor. Pero TUVE el chance de conocer y amar a cada uno de mis amistades como también a todos los miembros d mi familia. ¿Que más bendecida puede ser una persona?
Y al final, recuerda… haz lo mejor, sigue tu flecha, y haz algo asombroso de tu vida. Oh, y nunca dejes de sonreír.
Y si tu quieres, puedes buscarme en el atardecer o en los narcisos al inicio de primavera o en el revoloteo de las mariposas. Sabes que estaré ahí de una forma u otra. Claro eso probablemente consolará a unos y hará sufrir a otros, pero me conoces… eso es lo que hago.
Me despido con esto… por favor no lloren porque me he ido; mas bien este felices de que estuve aquí. (O quizás si pueden llorar un poquito, después de todo, morí).
Hoy estoy feliz y estoy bailando. Probablemente desnuda.
Los amaré por siempre.
Emily-”

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