miércoles, 30 de abril de 2014

¿ HACES DAÑO A QUIEN AMAS ? - Por: Shirley Chambi



Un día mi hermanito tomó dinero a ocultas, como al final todo siempre sale a la luz, fue un dolor muy grande enterarme de la verdad. En ese momento me puse a pensar en el dolor que causa cuando una persona que amas actúa de manera equivocada, porque si como hermana me dolió mucho me pregunté ¿cuánto más a mis padres? 


En ese momento no nos importó la cantidad sustraída sino mi hermano, por la peligrosa actitud que estaba tomando.


A veces cuando pecamos o le fallamos a Dios pensamos que Él está con un látigo en su mano, con una mirada de odio hacia nosotros y a punto de enviarnos al primer juicio, de modo que nos da miedo acercarnos. Lo que ignoramos es que antes del enojo que le origina nuestra actitud, se encuentra el dolor que le causamos por haber ido otra vez en contra de su Palabra, a pesar de decir que lo amamos.


Tomé una hoja de papel y dibuje a mi hermanito muy distante de Dios, en medio de ellos puse una mancha negra que representaba el pecado, demostrándole que robar era malo y que Dios no se alejaba de él, sino que él se alejaba de Dios. 


Lo interesante de éste hecho fue que después de haberle enseñado “que robar era un pecado” por medio de un dibujo, me pidió que se lo regalara y me dijo: “Por favor, dame esa hoja, voy a guardarla en mi mochila, para que cada vez que piense en hacer algo que está mal, pueda recordar lo que me enseñaste”. 

Esas mismas palabras son las que Dios espera que digamos nosotros:

En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti. Salmos 119:11
 

Guardar en el corazón sus enseñanzas, nos ayudará a estar más cerca suyo y a no volverle a fallar.

Si tienes alguna debilidad y realmente ya no quieres causarle dolor a Dios como tampoco a las personas que amas, es importante que memorices versículos que te ayuden a enfrentar esos momentos en los que te encuentres en tentación. 


Lo que Dios te pide al guardar su Palabra, no es simplemente que la leas sino que la hagas real en ti.

¡Él no te odia, te ama! Por eso se duele cuando te apartas de su lado.

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