Hace algunos años comenzó a haber un cambio en lo que las personas se deseaban para la Navidad. La frase “Felices Fiestas” comenzó a substituir el “Feliz Navidad”. Cada año este cambio ha estado creciendo al punto que en muchos países es más común escuchar un “Felices Fiestas” que una “Feliz Navidad”. Para la mayoría les es de poca importancia el substituir una frase por la otra. Esta indiferencia se debe porque muchos no saben que hay una gran diferencia entre Felices Fiestas y una Feliz Navidad.
Aunque no hay una fecha exacta en la cual se pueda asegurar que fue el día en que Jesús nació, por cientos de años la Navidad ha sido la época para celebrar el nacimiento del Mesías. Navidad es un derivado de la palabra en latín, “nativitas” que significa nacimiento. El lema central de la época siempre ha sido Jesús pero ahora con las Felices Fiestas el énfasis ya no es Jesús sino en el “Yo”. La prioridad de las fiestas es el divertirse a lo máximo con buena música, compañía, comida y bebida. Se da gusto a los sentidos y se goza de lo bueno que ofrece el mundo mientras se olvida dar debida honra al Creador.
Recursos, esfuerzo y tiempo son invertidos en crear un ambiente perfecto para las fiestas con luces, colores, ornamentos, sabores y fragancias. Se compra la mejor ropa, se sirve la mejor comida y se organizan las mejores fiestas con tal de llamar la atención e impresionar. A diferencia de la vanagloria de las felices fiestas, la Navidad honra el nacimiento, en un pesebre, del Rey de Reyes; quien se rebajó voluntariamente para hacerse hombre y tomar la naturaleza de siervo (Filipenses 2:3-8).
Las Felices Fiestas son días llenos de apuros por conseguir los mejores regalos a los mejores precios. Las tiendas extienden sus horas de servicio y ofrecen descuentos con tal de incentivar a los millones de consumidores a que compren hasta cansarse o hasta que la tarjetas crédito alcancen su límite. El materialismo que las, supuestas, Felices Fiestas le ofrece a la personas es una alegría efímera, estrés, cansancio y deudas. Mientras la Navidad elogia el nacimiento de un Príncipe de Paz que es eterno, fuerte y un libertador (Isaías 9:6-7).
Con tal de adoctrinar a los niños para que celebren las Felices Fiestas se han inventado un sin número de historias y personajes ficticios. El soldado cascanueces, Frosty el hombre de hielo, venados que vuelan, elfos, Santa Claus y La Señora Claus alegran a los niños. Todos estos inventos confunden y apartan a los niños de conocer la verdad sobre la Navidad y Jesús. A diferencia a los personajes ficticios de las Felices Fiestas, el personaje principal de la Navidad es Jesús, el verdadero hijo de Dios (Juan 14:6).
La Navidad y las Felices Fiestas no son lo mismo, si el centro no es Jesús.
La Navidad honra a Cristo mientras que las Felices Fiestas exaltan muchas cosas menos a Dios.
Le motivamos a que usted se decida por celebrar la Navidad. No solo deseándole una “Feliz Navidad’ a otros sino tomando el tiempo para agradecer a Dios por enviarnos a Jesús, viviendo en obediencia a Dios y compartiendo con otros la historia y significado del nacimiento de Jesús .
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