Recientemente observaba el trofeo que recibí en el 2013 por el trabajo realizado diariamente en el radio-show .
El evento que lleva por nombre Premio Águila, me reconoció en la tercera edición como el mejor concepto de radio en su horario tarde-noche entregándome como galardón una cabeza de águila en bronce sobre una base en madera.
Durante los pasados días reflexionaba en el hecho de cumplir ya tres años frente a la producción total de radio. La realidad del cansancio acumulado por la excelencia requerida me llevó en algunas ocasiones a pensar en el retiro ante el micrófono.
En mis años de vida he podido observar como su imagen es utilizada en billetes, monedas, escudos, banderas, trofeos, afiches y otras más. Incluso, algunas personalidades en la literatura, la radio, la televisión, y comunidades de fe hacen referencia al águila , y motivan a ser como ella.
De repente vino a mi mente una idea que existe sobre las características de esta impresionante criatura voladora. Al repasar datos e investigaciones sobre su existencia, es extraordinario lo que podemos aprender y la manera de aplicarlas a nuestra vida diaria. Se dice aunque no existe documentación certificada, que el proceso de renovación del águila podría considerarse sobrenatural y para algunos podría ser hasta un mito, pero a la vez resulta muy lógico analizarlo porque nos provee la oportunidad de capacitarnos para enfrentar nuestros desafíos.
Según algunas fuentes de información pude hallar lo siguiente: El águila, es el ave que posee la mayor longevidad de su especie. Llega a vivir 70 años. Pero para llegar a esa edad, a los 40 años de vida tiene que tomar una seria decisión. A los 40 años, sus uñas curvas y flexibles, no consiguen agarrar a las presas de las que se alimenta. Su pico alargado y puntiagudo, también se curva. Apuntando contra el pecho están las alas, envejecidas y pesadas por las gruesas plumas. !Volar es ahora muy difícil!
Entonces el águila, tiene sólo dos alternativas: morir ó enfrentar un doloroso proceso de renovación que durará 150 días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y refugiarse en un nido, próximo a una pared, donde no necesite volar. Entonces, apenas encuentra ese lugar, el águila comienza a golpear con su pico la pared, hasta conseguir arrancárselo. Apenas lo arranca, debe esperar a que nazca un nuevo pico con el cual después, va a arrancar sus viejas uñas.
Cuando las nuevas uñas comienzan a nacer, prosigue arrancando sus viejas plumas. Y después de cinco meses, sale victorioso para su famoso vuelo de renovación y de revivir. Ahora puede disfrutar de 30 años más de vida y plenitud.
En ocasiones la mente produce varias preguntas: ¿Renovarnos? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué propósito tiene sufrir tanto?
Bueno, podemos tener muchas respuestas o excusas, pero vale la pena el dolor y la experiencia, si eso traerá más fuerzas para seguir volando sobre limitaciones, mediocridades, ataduras, costumbres y otras ideas del pasado.
En ocasiones la mente produce varias preguntas: ¿Renovarnos? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Qué propósito tiene sufrir tanto?
Bueno, podemos tener muchas respuestas o excusas, pero vale la pena el dolor y la experiencia, si eso traerá más fuerzas para seguir volando sobre limitaciones, mediocridades, ataduras, costumbres y otras ideas del pasado.
Entre las muchas notas que recibo una de ellas dice: “A veces Dios no cambia las circunstancias porque El está usandolas para cambiarte a ti y a mi”. Estoy convencido que podemos soportar el precio del proceso de renovación, mucho más cuando la Palabra del Creador dice: “Pero los que esperan en el SEÑOR renovarán sus fuerzas. Se remontarán con alas como las águilas; correrán y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán.(Isaias
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