martes, 29 de julio de 2014

APRENDIENDO DE LAS HORMIGAS


Las hormigas tienen antenas que les permiten detectar tanto sustancias en el aire como vibraciones, lo que les ayuda a encontrar su alimento. Sus mandíbulas son muy fuertes, pues con ellas construyen nidos, transportan alimento y se defienden de sus depredadores; además, se caracterizan por tener un ordenado y muy estructurado sistema social.

La mayoría de las especies construyen complejos hormigueros; sin embargo, otras prefieren hacerlos más sencillos debido a su condición nómada. Estos lugares pueden ser elaborados en árboles, pastos o subterráneamente y el material con el que están hechos incluye tierra, ramas y otros componentes vegetales.


¿Sabías que las hormigas pueden cargar cosas que pesen hasta cincuenta veces su peso? ¿Y que ellas continúan trabajando tan duro como pueden hasta que han recogido tanto como puedan? 


Al parecer ellas nunca piensan en sí mismas, sino en toda su colonia. Si ellas pudieran hablar creo que no las escucharíamos quejarse con frases como: Estoy tan cansada, ¿no puede hacerlo alguien más?, ¡no me siento con ganas de hacer esto!, hoy hace mucho calor así qué no saldré a trabajar.

En Proverbios : “Tú, holgazán, aprende una lección de las hormigas. ¡Aprende de lo que hacen y hazte sabio! A pesar de que no tienen príncipe ni gobernador ni líder que las haga trabajar, se esfuerzan todo el verano, juntando alimento para el invierno.” 


El ejemplo de este insecto es muy peculiar, pues por su mismo tamaño podríamos decir que no hacen mucho esfuerzo pero en realidad trabajan mucho más de lo que podemos imaginar.

Muchas veces nosotros ponemos excusas para no esforzarnos más de lo que podemos, nos auto limitamos, postergando así las bendiciones que Dios puede darnos por el esfuerzo que hacemos.


El ejemplo de estos pequeños insectos es una gran lección para nuestra vida. Imitemos su trabajo y confiemos en que Dios bendecirá la labor de nuestras manos.



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