miércoles, 18 de septiembre de 2013

RESISTE


 Algunos días resulta muy claro cómo podemos mejorar la calidad de nuestra vida y ¡estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario!

Es durante estos momentos que nos inscribimos en un gimnasio, realizamos nuestra lista de quehaceres o programamos tiempo en las noches para hacer algo productivo. ¿Cómo es posible que pasemos de estos momentos de determinación y fuerza de voluntad a membrecías de gimnasio que nunca se utilizan, comida saludable pudriéndose en nuestro refrigerador, lista de quehaceres sin completar y noches adormitados frente a la televisión?

El cambio es un proceso, y uno que requiere de mucha resistencia.

Ver lo que necesitamos cambiar es la primera parte de ese proceso. La segunda parte es comprometernos con ese cambio. Es durante este tiempo que recibimos un estímulo de energía inicial. Nos sentimos con la facultad, vemos todo lo que somos capaces de hacer y nos sentimos en la cima del mundo.

La tercera parte del proceso es: La gran prueba. Y desafortunadamente es aquí donde la mayoría de nosotros se rinde.

Para que el cambio sea real, tenemos que ser probados. Si nos apegamos al cambio en los momentos en que no queremos hacerlo, es cuando la verdadera transformación ocurre. Ocurre cuando realmente queremos dormir pero en lugar de ello nos levantamos y vamos al gimnasio o cuando sentimos la procrastinación pero decidimos realizar sólo otra cosa de la lista de quehaceres. Éstos son los momentos en los que la energía que sentiste al comienzo regresará a ti incluso más fuerte de lo que era antes. 

Con cada obstáculo que decides vencer, invitarás más alegría a tu vida.

Los grandes logros nacen a partir de esfuerzo de resistencia.


Es en los momentos en que más queremos rendirnos que podemos manifestar milagros en nuestras vidas si simplemente resistimos.

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