martes, 24 de septiembre de 2013

PIENSA OPORTUNAMENTE


Si quieres desarrollar tu inteligencia, tu capacidad de reaccionar y darte cuenta de las cosas, piensa solo cuando tengas que solucionar aspectos prácticos de la vida; para todo lo demás, es mejor dejar de pensar y estar quietos…

Si quieres tener una mente despierta, a la que se le ocurren ideas originales y creativas y que encuentra caminos que no se te habían ocurrido, necesitas dejar de desperdiciar tu energía mental. Pensar sólo cuando es estrictamente necesario, que es con cosas concretas de tu vida.

La capacidad de pensar y reflexionar es sólo una de las capacidades de la mente pero no la única, ni mucho menos. La mente es, sobre todo, capacidad de darse cuenta y tomar conciencia de la cosas, pero para ello necesita del silencio como herramienta de trabajo; sin él no puede funcionar.

Prueba lo que te digo. Deja de pensar, de analizar y de reflexionar sobre lo que te pasa a nivel anímico: tu miedo al futuro, tu inseguridad en las relaciones, tu frustración por no conseguir lo que deseas… Y lleva la atención a algo en lo que puedas concentrarte, estar atento y que te relaje: una lectura de la biblia, escuchar música que tenga un contenido de Fe, ejercicio físico o preparar un plato que te guste. Mientras estás en lo que estás, no piensas en nada más y eso relaja tu mente, sin desperdiciar su energía.

Utilizando así tu mente estás liberando la capacidad que tiene para penetrar en la realidad de las cosas, para ver más allá de lo que tienes delante, para intuir nuevas vías que no se te habían ocurrido antes y resulta que, gracias a tu silencio mental, serás mas efectivo en tus proyectos de vida.

Si quieres ser más inteligente, deja de analizar lo que te ocurre. Con el silencio permites el desarrollar tu mente y dotarla de la energía suficiente para… Pensar cuando haga falta.

La biblia nos enseña un gran secreto hoy divulgado para ponerlo en práctica:

El salmo 46:10 dice: Estad quietos, y conoced que yo soy Dios.


 La expresión “estad quietos” indica que nuestra mejor respuesta a las frustraciones es confiar en el Señor, y no pensar de mas en los problemas si no en las soluciones que vienen de Dios.

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