Para desarrollar la fuerza de voluntad, es necesario tener buenos ejemplos y pensamientos energizantes, así
será más fácil modelarla y desarrollarla. “Nosotros solemos ser espejos de
nuestros modelos familiares y entorno social, pero sobre todo somos el
resultado diario de nuestros pensamientos”.
Por eso es importante la influencia y los estímulos
de los padres con sus hijos.
Hay que enseñarles que es necesario lograr los
deseos a través del desarrollo de actividades con responsabilidad y que el
mayor poder que tienen radica en la forma en que piensan para automotivarse y
autodisciplinarse por encima de los obstáculos.
Sin embargo, agrega, el entorno es importante, pero
no determinante, ya que con el tiempo se aprende a crear nuevas actitudes
porque desarrollamos la habilidad de decidir. Esto nos permite descubrir cuál
es la calidad de vida que se desea conseguir.
También es necesario, conocer qué tipo
de situaciones o tentaciones provoca que las personas pierdan la fuerza de
voluntad para no permitirlo.
El fallo en el autocontrol está implicado en
cierta medida en problemas que están muy presentes en nuestra sociedad como son
la adicción, la violencia doméstica, comer en exceso, los prejuicios, las
deudas, las enfermedades de transmisión sexual, la falta de ahorros, los
embarazos no deseados o el crimen.
Pero si nos agarramos de la fuerza de voluntad, esta nos ayudará a mantenernos enfocados en las metas y así
mantener control de muchos factores de nuestras vidas. Habrá momentos en que
podemos fallar, pero con constancia podemos volver a empezar con más
determinación y perseverancia, logrando así un hermoso crecimiento personal y
espiritual.
“Albert Einstein decía: “Hay una fuerza
motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la
voluntad”.
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