Llevamos un tiempo lamentándonos de la importancia tan grande que la sociedad le da al dinero y de lo que la gente es capaz de hacer por tener más. Sin embargo, no nos damos cuenta de que todos somos parte de esa sociedad que acusamos de materialista. Y la verdad es que, aun cuando muchos creemos vivir orientados por valores más trascendentes que los de la Bolsa, si revisamos nuestro estilo de vida, prioridades y metas, nos daremos cuenta de que tener mucho dinero es la meta que persigue la mayoría.
Sin embargo, el dinero puede traer tantas ventajas como calamidades. Hay familias que se odian, parejas que se destrozan (y destrozan a los hijos) y negocios ilícitos que prosperan por el dinero.
Además, es evidente que hoy tener mucho dinero es fundamental para ser dignos de respeto y que muchos son capaces de cualquier cosa para obtenerlo.
Lo más preocupante es la enseñanza que esto les está dejando a los hijos.
Lo más preocupante es la enseñanza que esto les está dejando a los hijos.
Además de que se ha establecido que ser muy ricos es ser más importante y que la posición social se puede comprar con dinero, los padres lo reafirmamos cuando les compramos a los niños todo “para que no se queden atrás” de sus amigos.
Por eso, no sorprende que haya jóvenes que menosprecian a los compañeros que tienen menos recursos.
Esta actitud no es innata en los niños, así que ¿dónde la habrán aprendido?
Una cultura que gira en torno a tener más no es la ideal para criar hijos íntegros.
Si trabajamos más de lo mandado para “darles todo” a los niños, ¿qué les estaremos inculcando en el proceso? ¿Que el dinero amerita sacrificar hasta la familia para adquirirlo? ¿Que el dinero da poder y compra una alta posición social? ¿Que la gente con dinero es mejor que la que no tiene suficiente?
El problema no es el dinero, sino el valor supremo que le damos.
Si trabajamos más de lo mandado para “darles todo” a los niños, ¿qué les estaremos inculcando en el proceso? ¿Que el dinero amerita sacrificar hasta la familia para adquirirlo? ¿Que el dinero da poder y compra una alta posición social? ¿Que la gente con dinero es mejor que la que no tiene suficiente?
El problema no es el dinero, sino el valor supremo que le damos.
No podemos cambiar los valores de la sociedad, pero sí podemos hacer un cambio importante en nuestra familia si nuestro trabajo, intereses y amistades giran alrededor de valores superiores, que prioricen virtudes como la justicia, la honestidad y el amor al prójimo.
Recordemos que todo lo que es realmente valioso para nosotros, como es una familia amorosa, una fe sólida y una vida con propósito, no se compra con dinero, sino que se construye alrededor de estos valores.
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