Mi blog es una recopilacion de muchos articulos, escritos, comentarios, mails o frases que me han impactado de manera positiva en mi vida y que considero deben ser compartidas con aquellas personas que buscan a traves del Internet obtener beneficios en su crecimiento personal y espiritual para poder reflexionar sobre el rumbo que esta dando a su vida. Este hermoso paisaje es de Chile, estado de Concepcion donde se puede apreciar la union del rio con el Oceano Pacifico, un espectaculo hermoso.
martes, 25 de febrero de 2014
LA MUJER ES EL CORAZON DEL HOGAR - Por: Norma Peraza
En estos tiempos donde la participación de la mujer en el mundo laboral es muy activa, es común que busques crecer de manera profesional, destacar en el mundo laboral. Está muy bien, pero no olvidemos que para ser mujeres de éxito, debemos reflejarlo en todas las áreas de nuestra vida, buscando el equilibrio de acuerdo a nuestras prioridades.
Si antes de tu trabajo tienes otras prioridades, busca entonces que sea una actividad más y no toda tu vida. Así como la mujer ejemplar que describe Proverbios 31 ¡Es más valiosa que las piedras preciosas!
¿Sabes por qué? Porque describe a una mujer llena de virtudes en todas las áreas: trabajadora, productiva, emprendedora, bondadosa con los demás, ocupada en las cosas del hogar y su familia.
Sigue el ejemplo, considerando lo siguiente para equilibrar tu vida:
1) Mira el trabajo como es
Si bien, tu empleo pudiera ocupar gran parte de tu tiempo, no significa que sea tu prioridad o tu misión en la vida. Al final, un trabajo es una actividad que mantiene ocupado al individuo en una función que es remunerado y así de objetivo como es, lo debes ver. Eso sí, ya sea que estés ocupada en una jornada completa o de medio tiempo, cual sea, es importante que te desempeñes diligentemente, ser ejemplo de productividad y buen desempeño, así como la buena relación con compañeros y jefes. Pero una vez que ya cumpliste con la responsabilidad laboral, hay que dejar el agobio, estrés y ocupaciones en tu trabajo. Disfruta que estás disponible para disfrutar de los tuyos, o de tus cosas. Aprovecha el momento.
2) Ocúpate de tus prioridades
Mujer trabajadora, esposa, madre, amiga, hija, hermana y todos los roles que tienes, trabaja sobre tus prioridades, escribe qué es lo más importante y si es suficiente el tiempo que le estás invirtiendo. Por ejemplo, tal vez dentro de tus prioridades está cuidar tu salud física, pero por falta de tiempo no le puedes dedicar ni 15 minutos a una caminata, entonces qué debes hacer para trabajar en ello.
No dejes que el trabajo o negocio te prive de la libertad y satisfacción de tener tiempo para tus prioridades, encuentra ese balance en tu vida que ayude a incrementar la calidad de vida que implica estar bien en lo físico, mental, familiar, social y espiritual. Si eres mamá, esposa, con más razón, porque después de todo la mujer es y será siempre el corazón del hogar, además de que depende mucho de la mujer si su hogar es un refugio donde los que viven en el logren encontrar paz y tranquilidad. Busca ese tiempo para tus hijos e invierte en tu relación matrimonial, no los sacrifiques, recuerda la mujer sabia edifica su casa.
3) Duerme bien
Estudios recientes sobre la mujer actual trabajadora, arrojó que debido a las presiones laborales, exigencias en horarios y estrés al que se somete con frecuencia, está padeciendo enfermedades que históricamente afectaban sólo a los hombres ocasionados por la presión laboral, una de ellos el insomnio. Este padecimiento es un trastorno común del sueño.
Si tienes dificultades para quedarte dormida a consecuencia de estrés laboral, con más razón debes hacer un esfuerzo por dejar de traer todas las ocupaciones y pendientes a casa, mucho menos a la almohada porque seguirás durmiendo muy poco ocasionándote cansancio y agobio.
El dormir bien trae beneficios físicos y mentales, es parte de cuidarte, de estar bien, porque ni un buen salario o los beneficios derivados de un empleo pueden sustituir tu salud.
Para finalizar, oro para que Dios te ayude a darle la justa dimensión a las cosas, sin afanarte y encontrar la paz que solo El puede darte ante cualquier circunstancia.
PARA TODOS, MENOS A MI - Por: Yesmin Teme
“La biblia es para todos menos para mi” me dijeron una vez. Porque veían como las cosas que suceden en la biblia y las promesas de Dios se cumplían para otros, menos en su propia vida.
“Creo que algunas cosas de la biblia se cumplirán en mi, pero seguro que esas bendiciones no están destinadas a ser mías”.
Nos hemos convertido, inconscientemente, en caballeros de armaduras de plástico, donde parece que estamos vestidos con todo lo que corresponde, pero nada de lo que tenemos puesto es 100% útil para nuestra tarea, o para desempeñarnos activamente como Dios nos llama.
Me ha pasado el tener en frente mio promesas de parte de Dios que parecen “demasiado buenas como para ser ciertas”, y cada vez terminé pensando que probablemente se harían realidad en la vida de otros y no en la mía. Y es entonces cuando Dios me enseñó una gran lección que me golpeó duro. Una lección que sigo aprendiendo día a día, cuando mi fe parece flaquear. ¿Sabes cuál es? Que las cosas solo se hacen realidad para los que pueden creer.
Ese milagro que esperas, esa respuesta tardía, eso que tanto desea tu corazón, todo eso vendrá si podemos creer. Dicen que Dios esta esperando abrir las ventanas de los cielos para ti, para tu vida y para tu familia, quizá deberíamos pensar ¿Qué se lo está impidiendo?
Hay algo que es muy importante tener en cuenta, que Dios bendice lo que se encuentra dentro de su voluntad.
En Juan 15:7 nos dice ” Si permanecen en mi y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá”.
Dios quiere cumplir tus anhelos, y Él te ama cuando estás dentro de su voluntad y cuando no lo estás. Pero Él además de amarte, quiere prosperarte y darte una vida EN ABUNDANCIA. Lo que significa que es mucho más que sobrevivir. Para eso, debes estar en su voluntad. Permanecer en sus palabras, buscar agradarle. Y el bendecirá tus pasos y tus acciones.
Si hay algo que quiero recordar todos los días es ”No te conformes, principalmente en vivir una vida lejos de la voluntad de Dios”
El mejor consejo que me llevo es uno inspirado por Dios “Poned primeramente el reino de Dios y su justicia y todas las demás cosas les serán añadidas.”
DESCUBRE SI ERES UNA PERSONA INFLUYENTE - Por: Camilo Garcia
La palabra influencia, según la Vigésima Segunda edición del Diccionario de la Real Academia Española, es la habilidad de ejercer poder sobre otros, de cambiar su actitud o forma de pensar sobre cierto tema o situación. Es importante tomar en cuenta que el carisma, la confianza que se emana o incluso la alegría que se puede trasmitir a otros; influencia –con gran poder- a todos con los que se tenga contacto, brindando inspiración para sus vidas.
En relación a esto, el respeto hacia los demás es un elemento vital para poder influenciar a otros. El optimismo y la confianza que se puede trasmitir a los demás, es una manera poderosa de nutrir sus vidas, de apoyarlos en los momentos difíciles con muestras de cariño y, sobretodo, de comprensión.
¿Te consideras tú una persona influyente? Para ser una persona de influencia, debemos ser íntegros en nuestra manera de pensar y de actuar, debemos escuchar a los demás y tratar de entender a aquellos que se acercan a nosotros. Esto significa ser más empáticos, más comprensivos y hasta más expresivos con los que están cerca de nosotros. Escuchar sin juzgar, un abrazo en medio de la angustia, o una conversación amena que rompa el silencio, pueden ser factores que influyan y ayuden a un individuo a ser una persona más feliz.
Aunque muchas veces la influencia puede ser mal utilizada, por ejemplo, cuando se abusa de una posición de poder en un cargo laboral o cuando instamos a otros a hacer cosas que no son apropiadas, estamos en el deber de devolver su verdadero propósito a nuestra capacidad de influencia: impactar a toda una generación, cultura, familia e incluso, ayudar a todos aquellos que son vulnerables, o se sienten excluidos por la sociedad.
Tu puede ser un modelo digno de imitar. Puede ser motivador, mentor y multiplicador de buenas acciones; sembrando esperanza en los corazones que la necesitan y confianza en aquellos que desean explotar su potencial. Una clave importante para ser influyente en la vida de los otros es la honestidad, la sencillez y sobre todo, el agradecimiento por lo que se tiene. Esto le motivará a valorar la esencia de un corazón noble y, al cultivar la integridad, la capacidad de influencia generará una imagen más genuina.
Henry Ward Beecher, un prominente orador estadounidense de finales del siglo 19, mencionó lo siguiente: “Aun la más humilde de las personas ejerce alguna influencia sobre los demás, sea ésta buena o mala”.
La vida nos da la oportunidad de conocer personas que, de una manera u otra, nos pueden influenciar para vivir mejor. Está en nuestras manos tomar esas cualidades para guiar a otros a crecer y caminar hacia un mejor futuro. Jesucristo es el mejor ejemplo de influencia es una mano amiga en tiempos de tristeza, una palabra de consuelo en medio de la desesperanza o una sonrisa a pesar de las angustia, tu puedes seguir el ejemplo de Jesús y/o impactar el corazón de alguien.
Ya sea que tú te desempeñes como líder, como padre o madre, hijo, amigo, o jefe, recuerda que tienes en tus manos una gran responsabilidad: llenar de influencia motivadora a los que estén a tu alrededor, particularmente si hay personas a tu cargo.
UNA VIDA VIRTUAL
Cierto día un hombre apurado y con mucho apetito entró a un restaurante.
Escogió una mesa bien alejada del movimiento, porque quería aprovechar los pocos minutos que tenía ese día para comer y concretar algunas ideas de programación de un sistema que estaba desarrollando.
Cuando estaba sumergido en sus asuntos se le acercó un niño que andaba pidiendo limosnas, diciendo: Sólo una monedita para comprar un pan. El hombre le respondió: No tengo pequeño, pero yo te compro uno.
El niño muy agradecido se sentó a esperar su sándwich y vio que el hombre estaba muy distraído en su computadora. Entonces se sentó frente al hombre y preguntó:
- ¿Qué está haciendo?
-Estoy leyendo e-mails.
- ¿Y que son e-mails? , preguntó el niño.
- Son mensajes electrónicos enviados por personas vía Internet. Puedes comunicarte, observar a personas al otro lado y relacionarte, soñar, leer, escuchar música, aprender. Todo un mundo virtual.
- ¿Y qué es lo virtual?
- Virtual es un lugar que imaginamos, algo que no podemos tocar, alcanzar. Un lugar en el que creamos un montón de cosas que nos gustaría hacer. Creamos nuestras fantasías, transformamos el mundo en casi como quisiéramos que fuese.
- ¡Qué bueno, me gustó! , yo también vivo en este mundo virtual, mi mundo también es de ese estilo... Virtual, dijo el pequeño. Mi madre pasa todo el día fuera, y quisiera que esté conmigo todo el tiempo, llega muy tarde y mi padre falleció. Mi hermano está muy ocupado con sus amigos así que no lo veo y quisiera que me enseñara muchas cosas, yo cuido a mi hermano menor cuando mamá no está. Es así que yo siempre imagino a toda mi familia junta en casa, mucha comida, muchos juguetes y yo yendo a la escuela para ser un gran médico algún día.
Esta historia nos demuestra que el desorden de las prioridades en nuestra vida, nos está desviando la atención de las personas que deberían estar en un lugar importante.
¿Has dejado de poner atención a tu familia? Por causas vanas ¿has dejado de mostrar amor, cuidado, preocupación por los tuyos?.
Decídete hoy a buscar una solución, desecha todo egoísmo y deja de hacer que tus hijos, cónyuge y seres cercanos vivan una vida virtual, solo soñando y fantaseando con tu atención y demostraciones de cariño. Si Dios te puso en una familia es porque quiere usarte y llegar a ellos a través de ti. Ordena tu tiempo y actividades, que tu presencia en casa se haga cada día más real.
“Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo” 1Timoteo 5:8
Pon atención, abre los ojos y haz lo posible porque tu familia viva una realidad a tu lado.
jueves, 6 de febrero de 2014
IDENTIDAD PROTEGIDA - Por: Rafael Angel Perez
Cuando hablamos de identidad, inmediatamente pensamos en una identificación con foto, que confirma quiénes somos y de donde procedemos. Ella comprueba nuestra existencia y afirma que tenemos acceso para convivir en un país o ciudad. Puede ser utilizada para estudiar, comprar, conducir, viajar o hasta votar en temporada electoral. Puede diseñarse de varios estilos y puede proveer valiosa información para las entidades gubernamentales o sociales.
Con la llegada sin precedente de la tecnología, la identidad humana enfrenta un alto riesgo de ser hurtada y manipulada, afectando a millones de personas en el mundo entero. En lo natural, la identidad se demuestra y evidencia con nuestro apellido, nuestro país y donde podemos estar ubicados. Pero es vulnerable, y en muchas ocasiones puede ser falsamente reproducida y despojada en minutos.
Un hombre llamado Pablo en el Nuevo Testamento, quien experimentó un cambio de identidad, pero de nivel espiritual, relata lo siguiente: “…en Cristo también fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados según el plan de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad, a fin de que nosotros, que ya hemos puesto nuestra esperanza en Cristo, seamos para alabanza de su gloria. En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. Este garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria”.
Mi identidad en Cristo, consiste en ejercer mi confianza en su Palabra y sus promesas.
Es vivir convencido que Dios quiere bendecirme, desea guiarme y anhela cuidarme. También espera que yo esté dispuesto a ser usado por El para que otros conozcan su reino y justicia.
Me atrevo afirmar que una cosa es lo que Dios quiere hacer en mi vida, y otra cosa es lo que Dios quiere hacer en otros a través de mi vida. Así lo explica muy claramente el póstulado bíblico en Romanos 10:8-11 “… la Palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos; que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Por qué con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo. Así dice la escritura: «todo el que confíe en él no será jamás defraudado”.
Tu y yo hemos sido integrados a una nueva familia, en donde tenemos plena participación de la herencia eterna que otorgó la decisión de Cristo de transformarnos por petición de Dios.
Por causa de su acción redentora tenemos nueva identidad, y acceso ilimitado para llegar a cualquier lugar del planeta sin restricciones territoriales ni espirituales. No es requerido pasaporte alguno, y mucho menos comprobación de información personal. Nuestro código que nos identifica tiene registración perpetua y es muy posible que con el tiempo muchos no puedan reconocerlo aunque seamos los mismos físicamente.
Extraordinariamente lo expone la 2da carta apostólica escrita a los creyentes en Corinto, expecificamente en el capítulo 5: 17 “… de modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura (nueva creación) es; las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas” (NBLH).
No importa si tienes pasaporte o tu cédula, te invito a recordadr con toda convicción que tu identidad está protegida por el reino de Dios.
LA FELICIDAD.. ¿ DONDE ESTA ? - Por: Camilo Garica
Ser feliz es una de esas ideas que, en el mejor de los casos, la inmensa mayoría de las personas, sólo logra definir utilizando una de varias vagas e imprecisas expresiones como: ser feliz es tener éxito; es vivir bien; es no hacerle mal a nadie ó ser feliz es no tener problemas.
Es precisamente esta falta de claridad la causante de la infelicidad que muchas personas dicen estar experimentando en sus vidas. Los sesentas y los setentas fueron la era del amor libre, las manifestaciones en contra de lo establecido, en contra de la guerra, y en general, en contra de todo aquello que no estuviese de acuerdo con nuestras creencias personales. Para muchas personas, felicidad fue sinónimo de rebeldía, protesta y libertad sin fronteras.
En los ochentas, se dio un exceso de preocupación inusitada con la moda, con el que dirán, con mantener cierto estatus, con el éxito profesional y las posesiones materiales.
Todo esto trajo una efímera felicidad a quienes ponían gran valor en lo material y lo externo. Los noventa se convirtieron en una época de búsqueda constante por un balance entre lo material y lo espiritual.
La buena salud empezó a estar de moda y los gimnasios iniciaron su época de renacimiento y nunca antes la literatura de éxito y auto-ayuda tuvo tanto apogeo.
No obstante, en los setentas la libertad sin fronteras se convirtió en libertinaje para muchas personas que, desencantadas, encontraron refugio en las drogas y la promiscuidad sin medida.
Los ochentas fueron también una época de corrupción y escándalos, de crímenes de cuello blanco, de AIDS, de aumento de la violencia absurda y desmedida a manos de niños y adolescentes. Y los noventa se convirtieron en una época de profunda reflexión y preocupación sobre la pérdida de valores y principios que garanticen un mejor futuro para las nuevas generaciones.
Ya en el nuevo milenio, sentimos la necesidad de empezar otra era con un nuevo paradigma acerca de lo que verdaderamente nos puede hacer felices, evitando lo que se puede interponer en nuestro camino.
Porque lo cierto es que aunque todos profesemos estar buscando la felicidad, pocos sabemos cómo conseguirla, porque no nos hemos tomado el tiempo para definirla claramente.
Ser feliz es, sobre todo, una decisión personal. Bien decía Abraham Lincoln, que cada persona es tan feliz como se propone serlo.
Cada día, cada mañana al levantarte, tienes la oportunidad de escoger entre ser feliz o infeliz, entre hacer de ese, un día memorable o simplemente un día más.
Ser feliz es una actitud. Cada vez que encaras una nueva empresa, cada vez que afrontas cualquiera de las situaciones que la vida te presenta, cada situación imprevista que encuentras a lo largo del camino te da la oportunidad de responder positivamente o de reaccionar negativamente, y es precisamente esta respuesta la que determina el grado de felicidad o infelicidad que experimentemos como resultado de este evento.
Ser feliz es no permitir que el tráfico, la lluvia, el calor, o el frío, o tener que esperar en fila a ser atendido, determine tu estado de ánimo. Ser feliz es hacer lo que amamos y amar lo que hacemos, es tener grandes expectativas de nuestra vida, y esperar siempre lo mejor de las demás personas.
Pero, sobre todo, ser feliz es experimentar un balance en nuestras vidas. Es poseer metas que respondan a todas y cada una de las facetas de nuestra vida y asegurarnos que día a día caminemos hacia la realización de dichas metas.
Es poseer metas personales, profesionales y familiares, y hacerlas parte de un plan de acción que nos ayude así a mantener un balance en nuestras vidas.
ADAPTACION - Por: Yasmin Teme
Después de todo gran cambio viene un proceso de adaptación.
Aunque cuando pienso en eso, inevitablemente tiene una connotación negativa, me hace acordar al jardín de infantes, a mis cuatro años, cuando lloraba durante horas porque extrañaba a mi mamá, a eso le llamaban ” proceso de adaptación”.
Hay una frase popular que muchos adoptan como proverbios de vida “mejor malo conocido que bueno por conocer”. No todos aceptan que la aplican pero sus hechos lo demuestran. El miedo al cambio y a lo que el cambio trae, o a lo desconocido es lo que nos paraliza.
Quizá en tu caso no sea “malo” tu situación actual, pero sabes en lo profundo de tu ser que Dios tiene algo mejor para ti. Pero no te animaste, no te jugaste lo que podías cuando era el momento por miedo.
Los procesos de adaptación son momentos de angustia muchas veces, de soledad otras, y de mucho aprendizaje en su mayoría. Pero siempre te llevan a ese lugar que soñaste pero no lograbas alcanzar. “Dolor de crecimiento ” le llaman algunos.
Lo que si se es que cuando Dios te lleva a un nuevo lugar, a un nuevo escalón, da miedo, y va a haber cambios, y muchas veces te preguntarás si has hecho bien.
Pero quiero contarte que en mi vida, he pasado muchos de esos, y todavía por las noches permanezco despierta pensando en que podría haber hecho mejor o recordando todo lo que aprendí, en diferentes áreas: personales, familiares, laborales, relacionales, y cada vez que vuelvo a mirar el presente me doy cuenta que sin esos procesos, y esos dolores no hubiera podido alcanzar lo que Dios me estaba dando.
Anímate, tu puedes!
TRAMPA
En uno de los viajes misioneros que hizo John Wesley, se encontró con un hombre que hacía un caminito entre las rocas y la tierra, además de hacer otra cosa que le parecía muy extraña con las ramas de un árbol.
-¿Qué estás haciendo? - le preguntó el misionero.
-Una trampa para conejos- respondió el otro hombre.
-Pero, ¿dónde está la trampa?”- volvió a preguntar con una cara sonriente.
-“¡Ah!, la trampa no la pondré sino hasta dentro de dos semanas.
Primero estoy arreglando el caminito de modo que los conejos se acostumbren a él. Por ejemplo, hoy por la noche vendrán y tendrán temor de pasarlo; pero mañana se acercarán más y poco tiempo después, uno de ellos lo cruzará, después caminará por él. Pocas noches después se familiarizarán y lo usarán frecuentemente sin ningún temor. Entonces pondré la trampa entre las ramas y después comeré conejo todos los días”.
-“Entendí”, contestó Wesley y agregó: -“Estás usando la misma táctica que Satanás usa con los cristianos.
Primero los atrae a algo que da la impresión de no hacer daño y cuando adquieren confianza, él los atrapa y termina destruyéndolos”.
En nuestro diario vivir una de las trampas más sutiles que él ha perpetrado en contra de los creyentes, es una constante invitación a entrar en un estado pacifista. De repente uno comienza a practicar algunos pecados considerados pequeños y al ver que aparentemente no han causado ningún daño, uno los vuelve a cometer una y otra vez, y sin darnos cuenta, poco a poco caemos en una trampa mortal.
La verdad es que gran parte de la culpa la tenemos nosotros mismos, al olvidarnos que estamos en una lucha constante. El infierno no descansa, pero en ocasiones los creyentes solemos disfrutar de muchos descansos espirituales.
La Biblia advierte: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. Marcos 14:38
Aún Jesús estando con sus discípulos, les pidió que no dejaran de orar y de estar atentos, porque el enemigo en tiempo de guerra, solo está esperando una oportunidad para atacar con toda su furia.
No bajes la guardia, no dejes de orar y escuchar la palabra de Dios, de esa manera siempre contarás con las fuerzas para decirle “NO” a cualquier tentación.
Pero si por un descuido de tu parte, tienes un resbalón o una caída, ten la seguridad que Dios con toda su fidelidad y misericordia, está dispuesto a ayudarte. Solo tienes que reconocerlo en tu vida.
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