La diferencia…
Hace un tiempo,
coincidiendo con unas rebajas en un gran almacén, una amiga, viendo las ofertas
de trajes de baño en un mostrador, se abrió camino, entre empujones hasta una
vendedora.
"Por favor, ¿no tendría el mismo modelo en rojo?"
- Lo que hay aquí es todo lo que hay. ¡Y no revuelva más!
Ante tal respuesta, mi amiga, impulsiva e impaciente,
tiró el bañador al suelo, protestó airadamente por el mal trato recibido y se
prometió a si misma ¡no volver a comprar en ese almacen más!
Más calmada, unos días después, pasó por casa y charlamos
sobre el asunto.
Intenté indagar cómo le fue con sus compras en otro Almacén,
ya que en el anterior recibió un trato deplorable.
- Mira, estoy encantada. Entré en el departamento de
playa y expliqué a una de las señoritas el tipo de modelo y el color que
deseaba.
- ¿Y enseguida te enseñó todo el muestrario de trajes de
baño en rojo?
- Pues no. Simplemente me miró a los ojos y ¡me sonrió!
- ¿Te sonrió?
- Me sonrió y me trató con tanta dulzura que, a pesar de
que no tenía nada en rojo, compré tres trajes de baño, en azul, violeta y
amarillo.
¡Estos son los milagros que provocan una simple y dulce
sonrisa!
Una sonrisa es la diferencia entre una venta exitosa o un
inamovible stock de artículos; es la frontera entre la amistad o el rechazo; y,
a veces, en un nivel político puede llegar a significar la guerra o la paz.
Desconozco su autor
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