jueves, 8 de agosto de 2013

DIEZ REGLAS PARA VIVIR EN ARMONIA


Para aprender el arte de vivir, hay que aprender a convivir.



1. Dominarse a uno mismo. Hay que dominarse a uno mismo antes que pretender dominar a los demás. Es indudablemente el dominio de la fiera más salvaje. La gran ventaja que hay es el conocerla, lo que hace que sea factible lograrlo. Si no me venzo a mí mismo, ¿Cómo puedo pretender hacerlo con los demás?

2. Ser firme. Nunca violento. El razonamiento nos puede permitir llegar a la otra persona con mucho más seguridad de un triunfo permanente que la violencia. Toda acción provoca una reacción y mientras más violenta sea la acción, más violenta será la reacción.

3. Escuchar con empatía. Oír y comprender al otro. Si mi convencimiento es firme, puedo estar seguro de que no voy a perder nada. Es más, escuchar no es aceptar. Nada pierdo con escuchar y a lo mejor el otro tiene la razón y yo he aprendido algo nuevo. Además, si yo lo escucho, le estoy dando un ejemplo de comportamiento y lo estoy obligando a escucharme también, lo que nos va a llevar a un entendimiento de todas maneras.

4. No pelear. Para pelear se necesitan dos. Si tu pareja quiere pelear, que pelee solo. Así nunca habrá pelea

5. Morderse la lengua. Duele menos morderse la lengua para no contestar un insulto, que tener una agria discusión. Recuerda el sabio refrán chino: “No contestes a una frase hiriente con otra frase hiriente. Es la segunda frase la que inicia la discordia”.

6. Tener paciencia. No te exasperes. No permitas que la otra persona te saque de tus casillas. No le des tan fácil esa victoria. “La paciencia logra lo que la dicha no alcanza.”

7. Ver sólo lo positivo del otro. Si te dedicas a ver los defectos del otro, vivirás siempre amargado. Nadie es perfecto. Mira tus defectos y comprenderás que son cuando menos iguales. Mira sólo sus virtudes, sus cosas buenas y comprenderás que con todos los defectos, siempre el saldo es positivo en cualquier persona, incluida tú, a Dios gracias.

8. Perdona de corazón y olvida lo que te hicieron. La persona verdaderamente grande lo demuestra en el perdón. Sólo el egoísta es incapaz de perdonar.

9. Sé tolerante. Nunca seas reactivo. Muévete por ti, no porque te empujan. Tolera a los demás, como toleras y debes tolerar los momentos difíciles de tu vida.

10. ¿Tú nunca fallas? Recuerda que somos humanos y que todos podemos fallar.

Nunca pienses que eres Dios. Piensa sólo en servir con humildad y a todo el que pase a tu lado. Ama, porque amando sentirás la alegría de estar con Dios.




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